Luz roja

Mirlo, clava en mí tu mirada.
Castaño, clava en mí tus erizos.
Llevadme lejos de la luz azul.

Hay un lugar donde la luna ilumina,
donde la noche susurra tu nombre,
que nos pide unir nuestros cuerpos.
¿Sientes las sombras que abrasan?
¿Escuchas el canto del bosque?

Roja la luz, hazla vivir.
Azul la luz, hazla morir.

De la ceniza a renacer

Ardemos ya en la pira santa;
vayamos al infierno en pie.
Mano en mano entre ascuas
que engullen nuestro ser.

Entre la recia llamarada
sentimos ya la piel perder.
Volveremos como el fénix
de la ceniza a renacer.

Cegadas a la luz de una farola

¿Qué es esta jaula en mi derredor?
Es la ciudad; sucio es su motor
¿Dónde está el verde en su esplendor?
Donde hubo tierra asfalto hay sin color.

Si mirar a las estrellas a mí me impide,
si andar libre sus coches me niegan,
si incluso el aire libre puro ha corrompido,
no puedo más que odiar esta ciudad muerta.

Mientras, contemplan luces de monitores.
Pequeños, omnipresentes seguidores.
¿Qué habremos de pensar pues ahora?
Cegadas a la luz de una farola.

Agua insomne

Ríos de pesadillas colapsan al despertar.
En furia y letargo,
bajo cascadas de mentiras,
despierto dormido y absorto
escuchando su flujo.

No me ahogan mis pesadillas;
no me ponen de rodillas;
la contracorriente renace;
su fuente desbocada me transporta;
su revolución me fortalece.